En Egipto era frecuente que se representaran perros en las pinturas murales o en los bajorrelieves. Lebreles y dogos con las orejas caídas o levantadas y un pelaje unido o moteado, aparecen en loa frescos en los que reproducen escenas de caza, y también se encuentran en los dibujos que decoran las tumbas; incluso se llegó a momificar a algunos perros, igual que a su dueño. Los bajorrelieves del palacio del rey Asurbanipal en Asiria muestran perros que participan activamente en la caza y no vacilan en atacar a los leones. Algunos perros de caza , enormes molosos muy musculosos de cuerpo pesado y compacto fueron objeto de insignes honores, tal como demuestran las estatuillas de arcilla con su imagen para inmortalizar su recuerdo.
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