viernes, 13 de septiembre de 2013

Nada de sobrecargas, ni de cambios bruscos

La alimentación no debe ser demasiado copiosa por más que sea de buena calidad. En efecto, la capacidad digestiva del cachorro es limitada y si se superara, la sobre carga daría lugar a diarreas. Así, pues, hay que tener cuidado con las comidas demasiado ricas o abundantes y con la glotonería del cachorro. Convienen hacer caso de las recomendaciones que se dan en los cuadros que publicaremos en nuestra siguiente entrega y de las curvas de peso que le transmite el club de la raza.
El cambio brusco de régimen también es una causa frecuente de diarrea en los cachorros que toleran menos que los adultos las variaciones demasiado rápidas en la alimentación: en caso de necesidad, convendrá hacer una transición progresiva de ocho a diez días para que el sistema digestivo se adapte bien a la nueva comida. El criados que le haya entregado el perro insistirá en que se le alimente con el mismo producto que se utilizó para destetarlo, de modo que no se añada el estrés del cambio de alimentación al de la separación de la madre.

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