viernes, 13 de septiembre de 2013

La marginación de los machos jóvenes


Una vez que han asimilado la jerarquización alimentaria, los machos jóvenes y las hembras jóvenes siguen caminos diferentes.
Los machos jóvenes tienen un final de socialización más brutal y nidífugo. En cuanto llegan a los tres o cuatro meses, la madre los tolera cada vez peor y juega menos con ellos, los lame menos y con ellos adopta más fácilmente comportamientos de agresión por irritación. En cuanto abordan la pubertad (de cinco a siete meses en las razas medianas), la madre, que percibe sus emisiones de feromonas sexuales, ya no acepta los contactos físicos. La crisis culmina con una serie de enfrentamientos cortos en los que el macho dominante se alía con la madre para echar a los machos jóvenes, se habla de marginación porque los jóvenes irán a vivir en las afueras del territorio de la manada.
Esa ruptura resulta indispensable para el buen desarrollo del comportamiento en los cachorros; si no se produjera, podrían verse expuestos a trastornos de hiperdependencia. Se llama dependencia al conjunto de los lazos socioafectivos entre la madre y los cachorros; la ruptura de esos lazos constituye el abandono.


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