Es frecuente que se lleve al perro a consulta veterinaria a cusa de su agresividad pues los dueños lo perciben como una como una modificación de su comportamiento preocupante pero sin entidad patológica.
En un primer tiempo el veterinario trata de definir el tipo de manifestación agresiva con que se ha de enfrentar. A continuación lo analiza en términos de desencadenamiento, integridad de la secuencia y calidad del control. Paralelamente intenta calibrar el equilibrio emocional del ejemplar basándose en los comportamientos que se han alterado después de que las estructuras emocionales hayan quedado perturbadas; son los "comportamientos frágiles" (ingestión de comida, de bebida, sueño, comportamiento exploratorio). También tendrá en cuenta la organización jerárquica de la familia, pero basándose en la percepción del perro, no en la de los dueños (es muy posible que éstos quieran parecer dominantes con respecto a su perro y que sin embargo tengan comportamientos que los coloquen en situaciones de dominados). Por último, reconstruye las grandes etapas del desarrollo del comportamiento del animal y el historial médico de este. Evidentemente, hará un cuidadoso examen del perro para descubrir los posibles síntomas de patologías dolorosas crónicas (generadoras de agresión por irritación) o ciertas alteraciones orgánicas relacionadas con trastornos emocionales )vómitos, y diarreas a falta de lesiones orgánicas o de parásitos, taquicardias, taquicnea, enuresis, llagas, producidas por lamerse, etc.). El resultado del examen, el veterinario podrá orientar al diagnóstico hacia uno de los tres grandes tipos de trastornos que acarrean agresividad.
En un primer tiempo el veterinario trata de definir el tipo de manifestación agresiva con que se ha de enfrentar. A continuación lo analiza en términos de desencadenamiento, integridad de la secuencia y calidad del control. Paralelamente intenta calibrar el equilibrio emocional del ejemplar basándose en los comportamientos que se han alterado después de que las estructuras emocionales hayan quedado perturbadas; son los "comportamientos frágiles" (ingestión de comida, de bebida, sueño, comportamiento exploratorio). También tendrá en cuenta la organización jerárquica de la familia, pero basándose en la percepción del perro, no en la de los dueños (es muy posible que éstos quieran parecer dominantes con respecto a su perro y que sin embargo tengan comportamientos que los coloquen en situaciones de dominados). Por último, reconstruye las grandes etapas del desarrollo del comportamiento del animal y el historial médico de este. Evidentemente, hará un cuidadoso examen del perro para descubrir los posibles síntomas de patologías dolorosas crónicas (generadoras de agresión por irritación) o ciertas alteraciones orgánicas relacionadas con trastornos emocionales )vómitos, y diarreas a falta de lesiones orgánicas o de parásitos, taquicardias, taquicnea, enuresis, llagas, producidas por lamerse, etc.). El resultado del examen, el veterinario podrá orientar al diagnóstico hacia uno de los tres grandes tipos de trastornos que acarrean agresividad.

No hay comentarios:
Publicar un comentario