jueves, 12 de septiembre de 2013

La alergia a las picaduras de pulga


Aunque la picadura de pulga pueda parecer tonta e inofensiva, suele ser la causa más frecuente de enfermedades de la piel adquiridas. Esas alergias repetitivas sólo se pueden evitar con insecticidas.
Muchos propietarios constatan cada año la aparición en sus animales de lesiones que califican de eccema. En realidad, esta dermatitis es consecuencia de una alergia a la picadura de pulga.
Esta enfermedad se ha estudiado experimentalmente, y se ha podido demostrar que la saliva de las pulgas contienen sustancias capaces de combinarse con determinados componentes de la piel y formar antígenos. Entonces se desencadena un verdadero proceso alérgico cuyas consecuencias son espectaculares y mucho más graves de lo que puedan serlo la simple presencia transitoria de algunas pulgas. Esta afección es tanto más preocupante si se tiene en cuenta que no todos los perros tienen la misma propensión a contraerla pero sí todos albergan parásitos en uno u otro momento del año.


Pulgas recalcitrantes
La aparición estacional de esta afección es muy clara. En efecto, el período de actividad de las pulgas comienza a finales de la primavera y termina en otoño. En todo caso, si los parásitos han podido instalarse en el domicilio de los animales, éstos pueden sufrir el trastorno durante todo el año.
En teoría, basta una sola pulga para que se desencadene el proceso alérgico. El parásito más frecuentemente causante es la pulga del gato. Puede ocurrir que en la vivienda sólo haya un perro con alergia mientras que los demás perros y los gatos (estos últimos son mucho menos sensibles a los parásitos) están aparentemente sanos. Algunas razas, en especial los pastores alemanes, los setters, los terriers y los dálmatas, parece que tengan propensión a la dermatitis. Pero todas las razas pueden verse afectadas puesto que se trata de una sensibilidad individual.
La aparición delos primeros trastornos se produce entre el primer y tercer año, muy raramente antes. Pero los dueños no se dan cuenta y sólo se inquietan cuando los síntomas resultan preocupantes hacia los cuatro o cinco años de edad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario