jueves, 12 de septiembre de 2013

El nuevo ser tiene ciertamente gestos torpes y sus manifestaciones vocales suelen ser ruidosas

El nuevo ser tiene ciertamente gestos torpes y sus manifestaciones vocales suelen ser ruidosas y desconcertantes, pero si el perro se ha familiarizado con él y se han establecido rituales que permiten una comunicación eficaz, pronto se creará una relación afectiva muy intensa. Las mímicas y las posturas del bebé y después del niño pequeño serán decodificadas por el perro igual que lo serán las series de ruidos tan expresivos que acompañan a ciertas emociones.
Esta comunicación desprovista de toda ambigüedad será más eficaz que la existente entre el perro y los adultos, en la medida en que a éstos les resulta muy difícil expresar sus reacciones afectivas a través de canales no verbales, ya que la educación que han recibido privilegia el verbal al que, precisamente, el perro no tienen acceso.



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