jueves, 12 de septiembre de 2013

Todo empieza por la comunicación

En realidad, entre el niño y el perro todo se reduce a una cuestión de comunicación, pues es la comunicación lo que permite establecer la relación entre el niño y el perro, y una parte esencial de esa relación está constituida por lazos afectivos. Por otra parte, está claro que el desarrollo del lenguaje en el niño condiciona la existencia de diferentes períodos en esa relación.


La primera infancia

Cuando el bebé llega al hogar, el perro no lo considera como un miembro del grupo. El animal experimenta la presencia del niño fundamentalmente en función del hecho de que las actividades de la familia se centran ahora en el recién llagado. A los padres corresponde integrar rápidamente el niño o preparar su integración en el grupo (tal como lo ve el perro, naturalmente) haciendo participar al animal en los cuidados que se prodigan al bebé.

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