Por ello conviene que disponga del material necesario, desde productos de higiene hasta un botiquín de urgencias.
El botiquín puede tener tres compartimentos:
1 para el material de higiene,
2 para medicamentos de uso más frecuente,
3 para la cura de urgencias, en especial plagas.
Higiene
El lugar más importante que se reserva a los animales de compañía a dado lugar a la aparición en el mercado de numerosos productos muy parecidos a los de uso humano. Así, una infinidad de champúes adaptados a la naturaleza del pelo: pelo corto o largo, pelo seco o graso con tendencia a la seborrea. Los ofrecen veterinarios, peluqueros caninos y farmacéuticos, y su precio varía en función de la composición. Además de los champúes clásicos, existen lociones limpiadoras que se aplican con un guante sobre el pelo y después se eliminan con un enérgico cepillado. Según la raza y el periodo del año, se recomienda la utilización de diferentes tipos de cepillos y peines con mayor o menor frecuencia. En el momento de la muda, por ejemplo, cuando cae el subpelo, habrá que asear el perro cada día.
Además de los cepillos y peines hay que tener otros accesorios:
- Una pinza de uñas de forma especial que permita seccionar limpiamente la uña sin riesgo de que salte;
- un cepillo de dientes y un dentífrico, sin que ello signifique que se pueda prescindir de una limpieza del sarro; esta intervención, que se hará bajo control veterinario con un aparato de ultrasocubils, se practica con una frecuencia de una o dos veces cada tres años en función de la raza considerada;
- Para los machos, un producto destinado a limpiar el orificio de la vaina del que puede salir un líquido amarillento nauseabundo que mancha alfombras y tapetes o el sofá donde el perro se acueste.

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